miércoles, 16 de febrero de 2011

Legado militar de las guerras

Las "Guerras Napoleónicas", a su vez, tuvieron un profundo impacto en lo que concierne a lo militar. Hasta los tiempos de Napoleón, los estados de Europa habían utilizado ejércitos relativamente pequeños, con un alto porcentaje de mercenarios que, en ocasiones, llegaban a atacar a sus países de origen a sueldo de potencias extranjeras. No obstante, las innovaciones militares de mediados del siglo XVIII lograron reconocer el potencial de una nación en guerra.
Napoleón fue innovador en la práctica de la movilidad para enfrentarse a la desventaja numérica, como demostró en su triunfal victoria sobre las fuerzas austro-rusas en la Batalla de Austerlitz, 1805. El ejército francés reorganizó el rol de la artillería en combate, creando unidades de artillería móviles e independientes, en oposición al típico ataque de la artillería como sustento de otras unidades. Bonaparte también estandarizó los calibres de los cañones, con el objetivo de asegurar una mayor facilidad en los suministros, y la compatibilidad entre sus piezas de artillería. También propició la ciencia, a menudo aplicada a una mejor intendencia de los ejércitos.
A finales del siglo XVIII, con la cuarta mayor población a escala mundial (27 millones, en comparación con los 12 millones del Reino Unido y los 35-40 millones de Rusia), Francia se veía en una localización propicia para tomar ventaja de las levas en masa. Como la Revolución y el reinado de Napoleón habían aprendido bien la lección de las guerras comerciales y dinásticas del siglo XVIII, se asume erróneamente que estas estrategias fueron inventadas por la Revolución, que lo que realmente hizo fue aplicarlas.
Tampoco se debe dar todo el mérito de las innovaciones a Napoleón. Lazare Carnot desempeñó un papel fundamental en la reorganización del ejército francés entre 1793 y 1794, un periodo en el que la suerte de Francia cambió, con los ejércitos republicanos avanzando en todos los frentes.
El Reino Unido tenía el número total de 747.670 soldados entre los años 1792 y 1815. Además, aproximadamente unos 250.000 eran empleados en la Royal Navy. El total del resto de los principales combatientes es difícil de calcular, pero en septiembre de 1812 Rusia tenía un total de 904.000 hombres alistados en sus ejército de tierra, lo que significa que el total de rusos que lucharon debe estar por los dos millones o más. Las fuerzas austriacas alcanzaron un número sobre 576.000, con poca o ninguna fuerza naval. Austria fue el enemigo más persistente de Francia y es razonable suponer que más de un millón de austriacos sirvieron en el ejército. Prusia no tuvo más de 320.000 hombres en armas en algún momento, sólo justo detrás del Reino Unido. España alcanzó la cifra de unos 300.000, pero se debe añadir una considerable fuerza guerrillera. Las únicas naciones que tuvieron más de 100.000 soldados movilizados fueron además el Imperio otomano, Italia, Nápoles y Polonia (sin incluir los Estados Unidos, con 286.730 combatientes) o la Confederación Maratha. Todas estas pequeñas naciones ahora tenían ejércitos que sobrepasaban en número a las grandes potencias de pasadas guerras.
En ello tuvieron mucho que ver las etapas iniciales de la Revolución industrial. Ahora resultaba fácil la producción industrial de armas, así como la capacidad de equipamiento de fuerzas significativamente mayores. El Reino Unido fue el mayor fabricante de armamento de este periodo, abasteciendo la mayoría de las armas usadas por las potencias aliadas a lo largo de los conflictos (y usando ellos mismos una escasa cantidad de ellas). Francia fue el segundo mayor productor, armando a sus propias fuerzas al tiempo que hacía lo propio con las de la Confederación del Rin y otros aliados.
El tamaño numérico de los ejércitos involucrados es una clara indicación acerca del cambio en el tipo de guerra. Durante la última importante guerra de Europa, la Guerra de los Siete Años, pocos ejércitos habían superado el número de 200.000 hombres. En contraste, el ejército francés alcanzó en la década de 1790 la cifra de un millón y medio de franceses alistados. En total, alrededor de 2,8 millones de franceses lucharon en el conflicto en tierra, y unos 150.000 lucharon en el mar, por lo que el total de combatientes franceses alcanzó la cifra de unos tres millones.
Otra de las ventajas que afectó a la guerra fue el uso del telégrafo óptico, que permitía al ministro de guerra Carnot comunicarse con las fuerzas francesas en las fronteras, durante los años 1790. Este sistema siguió usándose. Adicionalmente, se implementó por primera vez la vigilancia aérea durante las guerras, cuando los franceses usaron globos aerostáticos para espiar las posiciones aliadas antes de la Batalla de Fleurus, el 26 de junio de 1794. También hubo adelantos en cohetería militar durante el periodo de guerras. De esta forma fueron las Guerras Napoleónicas y todos los integrantes que esta tuvo.

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