miércoles, 16 de febrero de 2011

La Cuarta Coalición

La Cuarta Coalición (1806-1807) de Prusia, Sajonia y Rusia contra Francia se formó sólo unos meses después del colapso de la coalición precedente. En julio de 1806, el Emperador de Francia había creado la Confederación del Rin, ignorando a los minúsculos estados alemanes del valle del Rin y del interior de Alemania. Muchos de los estados más pequeños se anexionaron a electorados, ducados y reinos más grandes para hacer del gobierno de la Alemania no prusiana una labor más sencilla. Los mayores estados fueron Sajonia y Baviera, cuyos gobernantes fueron elevados al rango de reyes por Napoleón.
En agosto, el rey de Prusia Federico Guillermo III tomó la decisión de ir a la guerra independientemente de las otras grandes potencias. El curso de los acontecimientos más sensato hubiera sido declarar la guerra el año anterior y unirse a Austria y Rusia. Esto podría haber contenido a Napoleón y prevenido el desastre aliado en la Batalla de Austerlitz. Así las cosas, el ejército ruso, un aliado de Prusia, se encontraba bastante lejos cuando Guillermo hizo su declaración de guerra. En septiembre, Napoleón lanzó a todas las fuerzas francesas sobre el Rin. Eran alrededor de 160.000 hombres, cifra que aumentó a medida que la campaña se desarrollaba, contra Prusia, y se movieron con tal velocidad que virtualmente aniquilaron al ejército Prusiano de unos 250.000 hombres. Prusia tuvo que soportar la muerte de 25.000 de ellos, 150.000 fueron hechos prisioneros y los franceses se apropiaron de unas 4.000 piezas de artillería y 100.000 mosquetes, que fueron almacenados en Berlín. El ejército prusiano fue definitivamente vencido por Napoleón en la Batalla de Jena, y por el mariscal Louis Nicolas Davout en la Batalla de Auerstädt (14 de octubre de 1806). Esta última batalla enfrentó a un simple cuerpo del ejército francés que derrotó al grueso del ejército Prusiano. En Jena, Napoleón únicamente luchó contra un destacamento.
Napoleón entró en Berlín el día 27, y visitó la tumba de Federico II el Grande, ordenando a sus mariscales quitarse el sombrero y diciendo: Si él estuviera vivo, nosotros no estaríamos aquí hoy. En total, a Napoleón había tardado solamente 19 días desde el comienzo de su ataque sobre Prusia hasta el final de la guerra con la caída de Berlín y la destrucción de sus principales ejércitos en Jena y Auerstädt. Como contraste, Prusia había luchado durante tres años en la guerra de la Primera Coalición.
En Berlín, Napoleón promulgó una serie de decretos, que entraron en vigor el 21 de noviembre de 1806, llevando a efecto el Bloqueo Continental, que pretendía eliminar la amenaza británica a través de medidas económicas. Como se explicó al principio de este artículo, el ejército británico era una pequeña amenaza para Francia. El Reino Unido mantenía un ejército regular de sólo 220.000 hombres en el momento álgido de las Guerras Napoleónicas, cuando las fuerzas francesas superaban la cifra de un millón y medio, además de los ejércitos de numerosos aliados y muchos cientos de miles de guardias que podían ser agregados al ejército en caso necesario. La Armada Real Inglesa era problemática en lo concerniente al comercio extra-continental de Francia, pero no podía hacer nada contra el comercio francés continental, y no suponía una amenaza para el territorio de Francia. Por otro lado, la población y la capacidad de producción francesa eran abrumadoramente superiores a la británica; sin embargo, el dominio de los mares del Reino Unido le permitió consolidar una considerable fuerza económica, que era suficiente para asegurar que Francia nunca podría consolidar la paz por las coaliciones que Inglaterra levantaba contra ella. Los gobernantes franceses, en cambio, creían que aislar a Inglaterra del continente acabaría con su influencia económica sobre Europa. Esta era la base del llamado Bloqueo Continental, que fue el que se impuso.
La siguiente etapa de la guerra llevó a la expulsión de tropas rusas de Polonia y la creación del nuevo Gran Ducado de Varsovia. Napoleón entonces tomó rumbo norte para enfrentarse a los restos del ejército ruso e intentar capturar la nueva capital prusiana de Königsberg. Un movimiento táctico en la Batalla de Eylau, entre el 7 y el 8 de febrero, forzó a los rusos a una posterior rendición. Napoleón llevó al ejército ruso entonces a la Batalla de Friedland, el 14 de junio. Tras esta derrota, Alejandro se vio forzado a firmar la paz con Napoleón en Tilsit, el 7 de julio de 1807.
En el Congreso de Erfurt (1808), Napoleón y el Zar Alejandro I acordaron que Rusia debía forzar a Suecia a unirse al Bloqueo Continental, lo cual condujo a la Guerra Finlandesa y a la división de Suecia por el golfo de Botnia. La parte oriental fue anexionada por Rusia en el Gran Ducado de Finlandia.

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